El término láser es un acrónimo de Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation, es decir, luz amplificada por emisión estimulada de radiación.
El desarrolló del primer láser fue en 1959 utilizando un cristal de rubí para producir una luz roja con una longitud de onda de 694 nanómetros (nm).
El láser consiste en un resonador que contiene un medio activo capaz de emitir radiación estimulada. El medio activo está contenido dentro de la cavidad óptica láser. En el extremo del resonador hay espejos paralelos; una bomba energizante es la fuente de energía térmica, eléctrica u óptica, que luego es absorbida por el medio activo. El medio activo (alejandrita, diodo, ruby, neodimio-yag..) suele dar nombre al láser.
La radiación láser para depilar debe depositar su energía en la zona blanco (melanina). De la radiación que llega a la piel, una parte se refleja y otra parte penetra a través de la piel, absorbiéndose, liberando calor y destruyendo así las células de la matriz del vello.
La melanina está distribuida en la estructura folicular, sobre todo en el tallo piloso y en menor medida en la papila dérmica y en la protuberancia, siendo éstas las vías de destrucción del mismo. Por tanto, a mayor concentración de melanina, mayor probabilidad de destruir el folículo piloso.
La depilación láser ha generado un considerable entusiasmo por su eficacia. El disparador potencial de la fototermólisis selectiva es la melanina del folículo piloso.
Inicialmente el láser de rubí se utilizo para la eliminación del vello. En la actualidad el láser Alejandrita GentleLASE y Nd:YAG GentleYAG de Candela y el láser Diodo Lightsheer han superado a sus antecesores en eficacia y seguridad; éstos incluyen un sistema de enfriamiento que disminuye los efectos adversos, como el daño a la epidermis.
La energía láser produce sobre el pelo un efecto fototérmico al generar una temperatura suficientemente alta para producir un daño irreversible en las estructuras foliculares.
Los láseres se clasifican de alta potencia y baja potencia.